Aunque se pierdan otras cosas a lo largo de los años, mantengamos la Navidad como algo brillante.…. Regresemos a nuestra fe infantil.
MUCHAS GRACIAS A TODOS.....PAPAS, MAMAS, HERMANOS, AMIGOS, TECNICOS, COLABORADORES , PROFES, UTILEROS, Y AYUDANTES, Y POR SOBRE TODAS LAS COSAS A LOS CHICOS QUE HICIERON TODO LO POSIBLE DURANTE TODO EL AÑO , DE DARNOS MUCHAS ALEGRIAS, POR TODO ESO , GRACIAS, GRACIAS A USTEDES HEMOS CONSEGUIDO VARIOS DE NUESTROS OBJETIVOS, POR TODO UN AÑO DE EXITOS Y TRIUNFOS .
LE DESEAMOS MUCHAS FELICIDADES A TODOS Y QUE REALMENTE PASEN UNA LINDA NAVIDAD Y UN PROSPERO AÑO NUEVO.
NO VOLVEMOS A REENCONTRAR EL PROXIMO LUNES 10 DE ENERO LOS CHICOS DE BABY FUTBOL Y EL 17 DE ENERO TODO EL FUTBOL 11.
MUCHAS FELICIDADES
CLUB MASTER-SAN LORENZO
jueves, 23 de diciembre de 2010
miércoles, 15 de diciembre de 2010
MASTERCAMPEONES
EL DOMINGO SE JUGO LA ULTIMA FECHA DE LA METRO CON EL CLUB ALVEAR.
FESTEJOS Y MAS FESTEJOS ,TODAS LAS CATEGORIAS SE MERECIAN ESTA ENORME ALEGRIA . GRACIAS A LOS PAPAS POR EL APOYO INCONDICIONAL.
MUY FELICES FIESTAS!!!
La 95 ganaba 2 a 0 ,tenia el partido controlado ,pero Alvear a fuerza de garra consiguio el empate en dos tantos, igual nada impidio el festejo ,consiguiendo el primer puesto en la categoria a 6 puntos de STMA.
La 96 ya era la campeona ,por eso no jugo ,pero varios jugadores ,integraron el equipo de la 95.
La 97 jugo unos de los mejores partidos del campeonato ,tenia que ganar o ganar , el resultado fue 5 a 4 ,un partido vibrante ,super emocionante, el equipo queria ganar eso fue a buscar y lo consiguio , se llevo el primer puesto de la categoria dejando al segundo que era Alvear a 5 puntos de diferencia. Con un planteo muy inteligente de Sergio Quiroga los chicos se llevaron todos los aplausos.
La 98 fue la unica que se quedo con un sabor amargo ,por la falta de jugadores no estaba completa ,pero de todas formas los chicos dieron la vuelta ,no se podian perder el logro merecido del ascenso.
La 99 fue un reloj, ordenada y sabiendo lo que buscaban solo tenia que ganar y lo hizo por la minima diferencia , 1 a 0 .Al ganar logro el Subcampeonato a solo 1 punto del lider. De la mano del DT Silvio Costilla ,los chicos se van perfilando para la proxima temporada.
La 00 jugo un gran partido ,solo fue un tramite, intentaron sumar para sacar mas diferencia en la general ,pero no se pudo dar, igual los chicos ,unos leones ,pusieron todo ,completaron la categoria con jugadores 2001, Y a FESTEJAR............
La 2001 Salio Campeona 100% de efectividad ,son las promesas del proximo torneo.
FESTEJOS Y MAS FESTEJOS ,TODAS LAS CATEGORIAS SE MERECIAN ESTA ENORME ALEGRIA . GRACIAS A LOS PAPAS POR EL APOYO INCONDICIONAL.
MUY FELICES FIESTAS!!!
La 95 ganaba 2 a 0 ,tenia el partido controlado ,pero Alvear a fuerza de garra consiguio el empate en dos tantos, igual nada impidio el festejo ,consiguiendo el primer puesto en la categoria a 6 puntos de STMA.
La 96 ya era la campeona ,por eso no jugo ,pero varios jugadores ,integraron el equipo de la 95.
La 97 jugo unos de los mejores partidos del campeonato ,tenia que ganar o ganar , el resultado fue 5 a 4 ,un partido vibrante ,super emocionante, el equipo queria ganar eso fue a buscar y lo consiguio , se llevo el primer puesto de la categoria dejando al segundo que era Alvear a 5 puntos de diferencia. Con un planteo muy inteligente de Sergio Quiroga los chicos se llevaron todos los aplausos.
La 98 fue la unica que se quedo con un sabor amargo ,por la falta de jugadores no estaba completa ,pero de todas formas los chicos dieron la vuelta ,no se podian perder el logro merecido del ascenso.
La 99 fue un reloj, ordenada y sabiendo lo que buscaban solo tenia que ganar y lo hizo por la minima diferencia , 1 a 0 .Al ganar logro el Subcampeonato a solo 1 punto del lider. De la mano del DT Silvio Costilla ,los chicos se van perfilando para la proxima temporada.
La 00 jugo un gran partido ,solo fue un tramite, intentaron sumar para sacar mas diferencia en la general ,pero no se pudo dar, igual los chicos ,unos leones ,pusieron todo ,completaron la categoria con jugadores 2001, Y a FESTEJAR............
La 2001 Salio Campeona 100% de efectividad ,son las promesas del proximo torneo.
lunes, 6 de diciembre de 2010
NIÑOS EN UN MUNDO DE GRANDES
RIESGOS Y BENEFICIOS DE LA PRÁCTICA A TEMPRANA EDAD CON EXIGENCIAS PROFESIONALES
Niños en un mundo de grandes: el fenómeno del fútbol infantil
Entrenamientos estrictos, presiones por parte de los padres, contratos que especulan con el futuro de los chicos y pases entre clubes son algunas de las exigencias que padecen los pequeños jugadores de las ligas infantiles de fútbol ¿Un negocio con los chicos o una valiosa labor social?
Por Marina Dioguardi, Agustina Grasso y Melisa Marturano
Son cientos los niños que, a diario, se concentran en las escuelitas y clubes de fútbol de La Matanza y, con diversos niveles de exigencia, se someten a los entrenamientos y a las presiones que este apasionante deporte requiere. Así, con edades que apenas alcanzan los dos dígitos, transitan, muchas veces, por un mundo de adultos, con los riesgos que implica crecer a un ritmo demasiado acelerado.
Actualmente, a nivel nacional, siete mil niños de entre diez y doce años compiten en las ligas infantiles de la Asociación de Fútbol Argentino (AFA), en los torneos oficiales para estas categorías. Pero la cifra alcanza un número mucho mayor si se considera a los que no están afiliados y juegan en otras ligas menores.
Sergio Zelener, representante de jugadores de fútbol, precisó sin estupor que, para el caso profesional, “el entrenamiento de los chicos es arduo. Lamentablemente, los que no están preparados no llegan, pero no por una cuestión de edad, sino de rendimiento”.
Negocio redondo
En La Matanza, aproximadamente, hay 200 chicos afiliados a la AFA, quienes pertenecen a las infantiles de Almirante Brown y Deportivo Laferrere, los clubes profesionales del Distrito, y más de dos mil concurren a escuelitas que compiten en el fútbol amateur.
Pero, además, diversos clubes internacionales eligieron el territorio local para instalar sus semilleros de talentos: el Barcelona Juniors Luján se encuentra en Villa Luzuriaga y el Inter y el Real Madrid apoyan una escuelita deportiva social en la Fundación del Padre Mario, en González Catán. También, San Lorenzo de Almagro, de primera división nacional, tiene un convenio con el Club Máster de Laferrere.
Las instituciones deportivas afiliadas a la AFA pueden fichar hasta 35 jugadores por cada categoría infantil. A estos niños, se les exige escolaridad obligatoria y una revisión médica periódica. Si se cumplen estos requisitos, los inscriptos deben superar una prueba física para firmar una especie de contrato, que tiene una duración de dos años y representa el período durante el cual los jugadores no pueden cambiarse de equipo.
Los contratos formales, que implican mayores responsabilidades, recién se pueden rubricar a la mayoría de edad. “Pero, si nos encontramos en presencia de un crack, los padres suelen pedir que se haga un escrito a futuras ventas”, confió Ricardo Petraca, vicepresidente de la Comisión de Fútbol Infantil de la AFA.
A partir de esta clase de acuerdos, los clubes convienen un porcentaje del jugador por la venta de sus pases, es decir que si, en un futuro, una institución lo llega a comprar, el monto se repartirá entre los clubes que formaron al joven. Sin embargo, en estos casos, señaló Petraca, “el Código Civil indica que, si el club no le da el pase o pide una cifra exorbitante, el padre puede recurrir a la patria potestad” y retirar al jugador del club. Por eso, muchos son los clubes que se quejan frente a esta actitud, por la falta de valoración que tienen los padres respecto de la inversión que afrontan los centros deportivos en la formación de los futuros jugadores.
Mecanismo social
Algunos de los chicos más habilidosos son captados por representantes que se encargan de interactuar entre los padres, los jugadores y los clubes. La ganancia de los agentes que, a través de un contrato firmado por los padres, se convierten en los apoderados del chico está conformada por el porcentaje que pueden llegar a cobrar por futuras ventas del jugador.
Así, “con los chicos humildes se hace una buena acción porque, a cambio, se les aseguran viáticos, botines y alojamiento”, planteó Pablo Caserio, profesor de la escuelita de fútbol del club River Plate, auque aclaró que “otros se aprovechan de la ilusión de la fama y solo les sacan dinero”.
En este sentido, así como alrededor del fútbol se puede crear un negocio, el deporte más popular del país también puede servir como escudo ante varias problemáticas que atañen a la infancia.
El representante del fútbol infantil de Almirante Brown, Daniel González, destacó que los chicos obtienen beneficios que, para ellos, significan muchísimo, como “hacerse amigos, vestir una camiseta, salir a jugar y divertirse al aire libre en familia y tener un plato de comida”. En tanto, en el club de Isidro Casanova, en el que más de 500 chicos de la liga infantil reciben la merienda, Rubén Fernández, coordinador de las inferiores del club, especificó que, en más de un caso, este el único alimento que reciben los niños en el día.
“El fútbol es una escuela que saca muchos chicos de la calle y los hace respetar ciertos valores”, explicó Petraca desde la AFA, entidad que, todos los años, organiza los premios “Fair Play” para destacar a los equipos con mejor conducta. No obstante, la otra cara del fútbol, enmarcada en contratos, entrenamientos arduos, asistencia perfecta y dietas estrictas, sumerge a los chicos en un mundo de grandes, en el que el fútbol pierde su función básica: un juego para la diversión.
“Mi hijo el futbolista”
Aunque, según la AFA, tres de cada mil jugadores que se inician desde niños en este deporte llegan a ser futbolísticas reconocidos, muchos de los padres de los novatos buscan en sus hijos la tan ansiada “salvación económica”.
“Antes, lo socialmente anhelado era que los hijos se convirtieran en doctores. Ahora, para salir a flote, las familias esperan que sean jugadores de fútbol”, criticó el profesor de la escuelita de fútbol de River, Pablo Caserio.
Esta presión que ejercen los padres sobre sus hijos, en general, produce un efecto contraproducente para el desarrollo profesional de las criaturas. “Muchos papás viven su pasión por medio de sus chicos y terminan poniéndolos nerviosos, juegan mal y se ponen agresivos”, explicó Alejandro Toia, presidente de la Asociación Argentina de Árbitros, quien, más de una vez, tuvo que detener partidos por la mala conducta de los padres en las tribunas.
“Muchos nenes vienen porque sus padres están obsesionados con que ellos sean jugadores. A veces, cuando fallan en las pruebas, se van más enojados que sus propios chicos. Yo no soy así”, comentó a El1 Diego González, padre de Agustín, un niño de ocho años que forma parte del equipo que compite en las ligas locales en representación del club español Barcelona.
CLUBES DE PRIMERA DE ARGENTINA Y DE EUROPA FOMENTAN LA FORMACIÓN DE JUGADORES EN EL DISTRITO
Las apuestas para crear talentos locales
El Barcelona, el Real Madrid, el Inter, San Lorenzo de Almagro y los clubes locales dedican esfuerzos a los niños de La Matanza. La experiencia y la filosofía de quienes alientan el sueño de vivir del fútbol.
Como corriendo detrás de una ilusión, los chicos tratan de hacerse de la pelota y exhibir la magia que circula por sus piernas. Se “muestran” para la mirada atenta de los hábiles ojeadores que, de antemano, saben que serán elegidos solo un par de los cientos de jóvenes que se presentan a cada selección de jugadores.
Esta es una postal recurrente en el negocio del fútbol que, casi a diario, se ve en las escuelitas y equipos de fútbol infantil del Distrito. En La Matanza, hay unas cuantas decenas de estas réplicas, en pequeño, de los grandes clubes de fútbol, pero algunas sobresalen por su singular origen y sus particulares intenciones: encontrar una estrella o cumplir un rol social.
Maestros
Dentro del predio del Aeroclub de Laferrere, cuatro hectáreas son ocupadas por el club Máster, un emprendimiento que funciona en convenio con San Lorenzo de Almagro, equipo de la primera división nacional, para reclutar a los pequeños futbolistas de la zona. Actualmente, se entrenan allí alrededor de 1.400 chicos, de entre cuatro y 18 años.
“Funcionamos como un filtro, para que la gente de La Matanza no tenga que trasladarse a Capital. Ya, en un año de trabajo, hicimos que 15 chicos entraran a San Lorenzo”, relató Sandro Costoya, responsable del proyecto.
El esquema deportivo que plantea el club reconoce las inmensas necesidades que padecen los jóvenes de la zona. Por eso, pese a cobrar una “cuota social”, mantiene un sistema de becas para los casos de mayores carencias económicas. “Apoyamos a los chicos que tienen condiciones. Si bien no todos van a llegar, creemos que hay que darles contención y sacarlos de la calle”, señaló Costoya.
No competitivos
Por su parte, en la Fundación del Padre Mario, en González Catán, funciona una escuelita de fútbol del Real Madrid, de España, y del Inter, de Italia. “No les enseñamos solo a ser buenos jugadores, sino a ser buenas personas. Nos preocupamos más por los 999 que fallan que por el único que triunfa”, refirió Alberto Garavelli, director general de la Fundación.
Los convenios incluyen el uso del nombre de los clubes para las camisetas y para participar de los campeonatos mundiales que realizan con todas sus escuelitas del mundo.
En las canchas de la Fundación, los chicos practican dos veces por semana, y, los sábados, los padres se acercan al lugar para presenciar los torneos, que no son competitivos. “Al principio, aparecieron algunos representantes mirando por arriba del paredón, pero se dieron cuenta de que esta es solo una actividad de integración”, agregó el director social de la institución, Gabriel Laurino.
La Candela
Villa Luzuriaga fue el lugar elegido por el Barcelona, de España, para instalar La Candela, un hogar para jóvenes atletas que reproduce la estructura de La Masía, la escuela para jóvenes promesas que el club tiene en Cataluña. En terreno matancero, casi 50 niños, de entre diez y doce años, conviven, estudian y entrenan para alcanzar un nivel profesional.
“Organizamos presentaciones en todo el país y seleccionamos a los mejores jugadores. Hablamos con los padres y, si están de acuerdo, el chico se instala con nosotros”, relató Carlos González, parte del plantel que elige talentos.
Además, 150 chicos de la zona y alrededores, de entre ocho y once años, forman parte del plantel que no vive en el predio, pero que participa de los equipos del club. “Nosotros tenemos tres pilares: la formación deportiva, la intelectual y la moral. Los que no lleguen habrán ganado en su formación personal”, resumió Pablo Forte, director del scouting del club en La Matanza.
Made in La Matanza
Los clubes profesionales locales, también, cuentan con sus propios planteles infantiles. En Almirante Brown, actualmente, 90 chicos de entre diez y doce años compiten en las dos ligas en las que participa el club, y un número algo menor entrena en las canchas de Laferrere.
“Desde acá no existe la presión, pero hay padres que apuestan muy fuerte a sus hijos y ahí entran a jugar las locuras de pases, negocios, y mediadores”, reprochó Leonardo Cañete, preparador físico de la 7a, 8a y 9a división de Laferrere.
“He visto, muchas veces, que los padres descargan toda su tensión en las tribunas. Pero, a un chico de diez años no se lo puede obligar ni exigir: se lo debe acompañar”, concluyó Daniel González, representante del Fútbol infantil.
EL FÚTBOL PENSADO SOLO COMO RECREACIÓN
Déjenlos jugar con la pelota
En el contexto de las prácticas futbolísticas infantiles, surge una duda: si esta sana experiencia puede volverse un hábito demasiado exigente.
“Estas situaciones suelen verse en el fútbol porque es un deporte que tiene la posibilidad de profesionalizarse y convertirse en un modo de vida. A veces, se trabaja tempranamente la parte competitiva, sin pensar que los niños todavía tienen el aparato psíquico en desarrollo y son menos tolerantes a la frustración”, dijo Adriana Mirellia, psicóloga especialista en deportes.
Por ese motivo, la lupa debe posarse sobre los adultos, tanto en su rol de padres, como de entrenadores. Según, indicó Mirellia, muchas veces, los progenitores suelen proyectar sus propias expectativas en sus pequeños.
Sumado a esto, el imaginario popular actual pondera el éxito como uno de los valores máximos a alcanzar, por lo que puede suceder que, los profesores a cargo de los niños deriven sus logros personales en sus pequeños jugadores.
Por eso, lo importante es mantener la esencia formativa del fútbol, que puede aportar el aprendizaje de la tolerancia, el fortalecimiento del carácter, el establecimiento de límites, el sentimiento solidario y el respeto por el juego limpio. Y, como concluyó Mirellia, “hay que acompañar a los chicos descomprimiendo la presión de la competencia; así, ellos podrán disfrutar”.
OPINIÓN
El deporte como escuela
Por Ricardo Petraca*
El fútbol, en Argentina, es una pasión imparable. Es el deporte masivo por excelencia y en el que los chicos se divierten, sueñan y son felices. Pero las familias creen que, si los niños prosperan, pueden salvar su situación económica.
Hay que entender que el fútbol es un elemento que suma deporte, inclusión social y reunión de la familia. Por eso es, también, un bien familiar que favorece mucho el desarrollo educativo, es decir que la inclusión social de un jugadorcito se da porque, en la cancha, debe respetar al árbitro, el reglamento, al director técnico y hasta al policía presente en cada partido.
Así, si sumamos esos valores, llegamos a la gran conclusión de que el fútbol es una escuela. Aleja a los jóvenes de muchos de los males que acechan a la infancia de hoy y les impone rutinas sanas, como la de descansar.
Siempre hay gente que está al acecho de los niños talentosos, y continuará siendo así, pero también están quienes tienen buenas intenciones.
(*) Vicepresidente de la Comisión de Fútbol Infantil de la AFA desde hace 26 años.
Son cientos los niños que, a diario, se concentran en las escuelitas y clubes de fútbol de La Matanza y, con diversos niveles de exigencia, se someten a los entrenamientos y a las presiones que este apasionante deporte requiere. Así, con edades que apenas alcanzan los dos dígitos, transitan, muchas veces, por un mundo de adultos, con los riesgos que implica crecer a un ritmo demasiado acelerado.
Actualmente, a nivel nacional, siete mil niños de entre diez y doce años compiten en las ligas infantiles de la Asociación de Fútbol Argentino (AFA), en los torneos oficiales para estas categorías. Pero la cifra alcanza un número mucho mayor si se considera a los que no están afiliados y juegan en otras ligas menores.
Sergio Zelener, representante de jugadores de fútbol, precisó sin estupor que, para el caso profesional, “el entrenamiento de los chicos es arduo. Lamentablemente, los que no están preparados no llegan, pero no por una cuestión de edad, sino de rendimiento”.
Negocio redondo
En La Matanza, aproximadamente, hay 200 chicos afiliados a la AFA, quienes pertenecen a las infantiles de Almirante Brown y Deportivo Laferrere, los clubes profesionales del Distrito, y más de dos mil concurren a escuelitas que compiten en el fútbol amateur.
Pero, además, diversos clubes internacionales eligieron el territorio local para instalar sus semilleros de talentos: el Barcelona Juniors Luján se encuentra en Villa Luzuriaga y el Inter y el Real Madrid apoyan una escuelita deportiva social en la Fundación del Padre Mario, en González Catán. También, San Lorenzo de Almagro, de primera división nacional, tiene un convenio con el Club Máster de Laferrere.
Las instituciones deportivas afiliadas a la AFA pueden fichar hasta 35 jugadores por cada categoría infantil. A estos niños, se les exige escolaridad obligatoria y una revisión médica periódica. Si se cumplen estos requisitos, los inscriptos deben superar una prueba física para firmar una especie de contrato, que tiene una duración de dos años y representa el período durante el cual los jugadores no pueden cambiarse de equipo.
Los contratos formales, que implican mayores responsabilidades, recién se pueden rubricar a la mayoría de edad. “Pero, si nos encontramos en presencia de un crack, los padres suelen pedir que se haga un escrito a futuras ventas”, confió Ricardo Petraca, vicepresidente de la Comisión de Fútbol Infantil de la AFA.
A partir de esta clase de acuerdos, los clubes convienen un porcentaje del jugador por la venta de sus pases, es decir que si, en un futuro, una institución lo llega a comprar, el monto se repartirá entre los clubes que formaron al joven. Sin embargo, en estos casos, señaló Petraca, “el Código Civil indica que, si el club no le da el pase o pide una cifra exorbitante, el padre puede recurrir a la patria potestad” y retirar al jugador del club. Por eso, muchos son los clubes que se quejan frente a esta actitud, por la falta de valoración que tienen los padres respecto de la inversión que afrontan los centros deportivos en la formación de los futuros jugadores.
Mecanismo social
Algunos de los chicos más habilidosos son captados por representantes que se encargan de interactuar entre los padres, los jugadores y los clubes. La ganancia de los agentes que, a través de un contrato firmado por los padres, se convierten en los apoderados del chico está conformada por el porcentaje que pueden llegar a cobrar por futuras ventas del jugador.
Así, “con los chicos humildes se hace una buena acción porque, a cambio, se les aseguran viáticos, botines y alojamiento”, planteó Pablo Caserio, profesor de la escuelita de fútbol del club River Plate, auque aclaró que “otros se aprovechan de la ilusión de la fama y solo les sacan dinero”.
En este sentido, así como alrededor del fútbol se puede crear un negocio, el deporte más popular del país también puede servir como escudo ante varias problemáticas que atañen a la infancia.
El representante del fútbol infantil de Almirante Brown, Daniel González, destacó que los chicos obtienen beneficios que, para ellos, significan muchísimo, como “hacerse amigos, vestir una camiseta, salir a jugar y divertirse al aire libre en familia y tener un plato de comida”. En tanto, en el club de Isidro Casanova, en el que más de 500 chicos de la liga infantil reciben la merienda, Rubén Fernández, coordinador de las inferiores del club, especificó que, en más de un caso, este el único alimento que reciben los niños en el día.
“El fútbol es una escuela que saca muchos chicos de la calle y los hace respetar ciertos valores”, explicó Petraca desde la AFA, entidad que, todos los años, organiza los premios “Fair Play” para destacar a los equipos con mejor conducta. No obstante, la otra cara del fútbol, enmarcada en contratos, entrenamientos arduos, asistencia perfecta y dietas estrictas, sumerge a los chicos en un mundo de grandes, en el que el fútbol pierde su función básica: un juego para la diversión.
“Mi hijo el futbolista”
Aunque, según la AFA, tres de cada mil jugadores que se inician desde niños en este deporte llegan a ser futbolísticas reconocidos, muchos de los padres de los novatos buscan en sus hijos la tan ansiada “salvación económica”.
“Antes, lo socialmente anhelado era que los hijos se convirtieran en doctores. Ahora, para salir a flote, las familias esperan que sean jugadores de fútbol”, criticó el profesor de la escuelita de fútbol de River, Pablo Caserio.
Esta presión que ejercen los padres sobre sus hijos, en general, produce un efecto contraproducente para el desarrollo profesional de las criaturas. “Muchos papás viven su pasión por medio de sus chicos y terminan poniéndolos nerviosos, juegan mal y se ponen agresivos”, explicó Alejandro Toia, presidente de la Asociación Argentina de Árbitros, quien, más de una vez, tuvo que detener partidos por la mala conducta de los padres en las tribunas.
“Muchos nenes vienen porque sus padres están obsesionados con que ellos sean jugadores. A veces, cuando fallan en las pruebas, se van más enojados que sus propios chicos. Yo no soy así”, comentó a El1 Diego González, padre de Agustín, un niño de ocho años que forma parte del equipo que compite en las ligas locales en representación del club español Barcelona.
CLUBES DE PRIMERA DE ARGENTINA Y DE EUROPA FOMENTAN LA FORMACIÓN DE JUGADORES EN EL DISTRITO
Las apuestas para crear talentos locales
El Barcelona, el Real Madrid, el Inter, San Lorenzo de Almagro y los clubes locales dedican esfuerzos a los niños de La Matanza. La experiencia y la filosofía de quienes alientan el sueño de vivir del fútbol.
Como corriendo detrás de una ilusión, los chicos tratan de hacerse de la pelota y exhibir la magia que circula por sus piernas. Se “muestran” para la mirada atenta de los hábiles ojeadores que, de antemano, saben que serán elegidos solo un par de los cientos de jóvenes que se presentan a cada selección de jugadores.
Esta es una postal recurrente en el negocio del fútbol que, casi a diario, se ve en las escuelitas y equipos de fútbol infantil del Distrito. En La Matanza, hay unas cuantas decenas de estas réplicas, en pequeño, de los grandes clubes de fútbol, pero algunas sobresalen por su singular origen y sus particulares intenciones: encontrar una estrella o cumplir un rol social.
Maestros
Dentro del predio del Aeroclub de Laferrere, cuatro hectáreas son ocupadas por el club Máster, un emprendimiento que funciona en convenio con San Lorenzo de Almagro, equipo de la primera división nacional, para reclutar a los pequeños futbolistas de la zona. Actualmente, se entrenan allí alrededor de 1.400 chicos, de entre cuatro y 18 años.
“Funcionamos como un filtro, para que la gente de La Matanza no tenga que trasladarse a Capital. Ya, en un año de trabajo, hicimos que 15 chicos entraran a San Lorenzo”, relató Sandro Costoya, responsable del proyecto.
El esquema deportivo que plantea el club reconoce las inmensas necesidades que padecen los jóvenes de la zona. Por eso, pese a cobrar una “cuota social”, mantiene un sistema de becas para los casos de mayores carencias económicas. “Apoyamos a los chicos que tienen condiciones. Si bien no todos van a llegar, creemos que hay que darles contención y sacarlos de la calle”, señaló Costoya.
No competitivos
Por su parte, en la Fundación del Padre Mario, en González Catán, funciona una escuelita de fútbol del Real Madrid, de España, y del Inter, de Italia. “No les enseñamos solo a ser buenos jugadores, sino a ser buenas personas. Nos preocupamos más por los 999 que fallan que por el único que triunfa”, refirió Alberto Garavelli, director general de la Fundación.
Los convenios incluyen el uso del nombre de los clubes para las camisetas y para participar de los campeonatos mundiales que realizan con todas sus escuelitas del mundo.
En las canchas de la Fundación, los chicos practican dos veces por semana, y, los sábados, los padres se acercan al lugar para presenciar los torneos, que no son competitivos. “Al principio, aparecieron algunos representantes mirando por arriba del paredón, pero se dieron cuenta de que esta es solo una actividad de integración”, agregó el director social de la institución, Gabriel Laurino.
La Candela
Villa Luzuriaga fue el lugar elegido por el Barcelona, de España, para instalar La Candela, un hogar para jóvenes atletas que reproduce la estructura de La Masía, la escuela para jóvenes promesas que el club tiene en Cataluña. En terreno matancero, casi 50 niños, de entre diez y doce años, conviven, estudian y entrenan para alcanzar un nivel profesional.
“Organizamos presentaciones en todo el país y seleccionamos a los mejores jugadores. Hablamos con los padres y, si están de acuerdo, el chico se instala con nosotros”, relató Carlos González, parte del plantel que elige talentos.
Además, 150 chicos de la zona y alrededores, de entre ocho y once años, forman parte del plantel que no vive en el predio, pero que participa de los equipos del club. “Nosotros tenemos tres pilares: la formación deportiva, la intelectual y la moral. Los que no lleguen habrán ganado en su formación personal”, resumió Pablo Forte, director del scouting del club en La Matanza.
Made in La Matanza
Los clubes profesionales locales, también, cuentan con sus propios planteles infantiles. En Almirante Brown, actualmente, 90 chicos de entre diez y doce años compiten en las dos ligas en las que participa el club, y un número algo menor entrena en las canchas de Laferrere.
“Desde acá no existe la presión, pero hay padres que apuestan muy fuerte a sus hijos y ahí entran a jugar las locuras de pases, negocios, y mediadores”, reprochó Leonardo Cañete, preparador físico de la 7a, 8a y 9a división de Laferrere.
“He visto, muchas veces, que los padres descargan toda su tensión en las tribunas. Pero, a un chico de diez años no se lo puede obligar ni exigir: se lo debe acompañar”, concluyó Daniel González, representante del Fútbol infantil.
EL FÚTBOL PENSADO SOLO COMO RECREACIÓN
Déjenlos jugar con la pelota
En el contexto de las prácticas futbolísticas infantiles, surge una duda: si esta sana experiencia puede volverse un hábito demasiado exigente.
“Estas situaciones suelen verse en el fútbol porque es un deporte que tiene la posibilidad de profesionalizarse y convertirse en un modo de vida. A veces, se trabaja tempranamente la parte competitiva, sin pensar que los niños todavía tienen el aparato psíquico en desarrollo y son menos tolerantes a la frustración”, dijo Adriana Mirellia, psicóloga especialista en deportes.
Por ese motivo, la lupa debe posarse sobre los adultos, tanto en su rol de padres, como de entrenadores. Según, indicó Mirellia, muchas veces, los progenitores suelen proyectar sus propias expectativas en sus pequeños.
Sumado a esto, el imaginario popular actual pondera el éxito como uno de los valores máximos a alcanzar, por lo que puede suceder que, los profesores a cargo de los niños deriven sus logros personales en sus pequeños jugadores.
Por eso, lo importante es mantener la esencia formativa del fútbol, que puede aportar el aprendizaje de la tolerancia, el fortalecimiento del carácter, el establecimiento de límites, el sentimiento solidario y el respeto por el juego limpio. Y, como concluyó Mirellia, “hay que acompañar a los chicos descomprimiendo la presión de la competencia; así, ellos podrán disfrutar”.
OPINIÓN
El deporte como escuela
Por Ricardo Petraca*
El fútbol, en Argentina, es una pasión imparable. Es el deporte masivo por excelencia y en el que los chicos se divierten, sueñan y son felices. Pero las familias creen que, si los niños prosperan, pueden salvar su situación económica.
Hay que entender que el fútbol es un elemento que suma deporte, inclusión social y reunión de la familia. Por eso es, también, un bien familiar que favorece mucho el desarrollo educativo, es decir que la inclusión social de un jugadorcito se da porque, en la cancha, debe respetar al árbitro, el reglamento, al director técnico y hasta al policía presente en cada partido.
Así, si sumamos esos valores, llegamos a la gran conclusión de que el fútbol es una escuela. Aleja a los jóvenes de muchos de los males que acechan a la infancia de hoy y les impone rutinas sanas, como la de descansar.
Siempre hay gente que está al acecho de los niños talentosos, y continuará siendo así, pero también están quienes tienen buenas intenciones.
(*) Vicepresidente de la Comisión de Fútbol Infantil de la AFA desde hace 26 años.
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